El Factor Azul: Seguridad, comercio y geopolítica marítimas
Pocas dudas caben a día de hoy de la relevancia del mar en diferentes aspectos. Por destacar únicamente uno de los más importantes: el comercio. Las cifras son muy claras a este respecto: el 90 % del total de las mercancías que se comercializan siguen enviándose por mar, hablamos de 11.000 millones de toneladas de carga y de un valor anual de en torno a 21,5 billones de euros.
Las tensiones geopolíticas y los cambios que se están produciendo en los últimos años repercuten en las grandes vías marítimas de transporte de todo tipo de mercancías. Un motor económico, de este modo, en transformación e inmerso en un periodo de máxima incertidumbre.
Desde el punto de vista de la seguridad marítima, de un tiempo a esta parte han tenido lugar diversos “incidentes” que han perturbado de forma considerable las vías navegables. Por consiguiente, esto ha afectado a las cadenas de suministro de industrias y economías, como: los bloqueos por la pandemia de Covid-19, el atasco ocasionado por el buque Ever Given en el Canal de Suez, la persistente sequía en el Canal de Panamá, el bloqueo ruso de los puertos ucranianos del Mar Negro y los continuos ataques de los huzíes a barcos en el Mar Rojo, por citar únicamente algunos.
Según la Organización Marítima Internacional, las perturbaciones en las principales rutas comerciales oceánicas pueden afectar considerablemente a la economía mundial.
Cualquier disrupción que perjudique a cualquiera de estos puntos, afectará globalmente. Por ejemplo, un factor geopolítico, como los ataques de los rebeldes huzíes en el Golfo de Adén, ha supuesto el desvío de la ruta del Canal de Suez hacia Sudáfrica.
No obstante, el concepto de seguridad marítima va más allá de lo expuesto hasta aquí. Conforme a la Directiva de Seguridad Nacional y de acuerdo con la Estrategia de Seguridad Marítima de la Unión Europea, se entiende por seguridad marítima una situación del sector marítimo mundial en la que se aplican el Derecho Internacional y las leyes nacionales, la libertad de navegación está garantizada y los ciudadanos, las infraestructuras, el transporte, el medio ambiente y los recursos marinos están protegidos.
Así, el objetivo de la Estrategia de Seguridad Nacional a este respecto es impulsar una política de seguridad en el ámbito marítimo con el fin de mantener la libertad de navegación y proteger el tráfico marítimo y las infraestructuras marítimas críticas (por ejemplo, hasta un 99 % de los flujos de datos mundiales se transmiten por medio de cables submarinos). Pero, también, proteger la vida humana en el mar, prevenir y actuar ante actividades criminales y actos terroristas en este medio, proteger y conservar el litoral, los recursos marinos, el medio ambiente marino, el patrimonio arqueológico sumergido y prevenir y responder en casos de catástrofes o accidentes en el mar.
A día de hoy son múltiples, diversas y de compleja solución las amenazas a la seguridad en el mar. Entre las descritas por la Unión Europea y en el último Cuaderno de Estrategia del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), dedicado por completo a esta cuestión tan importante para el orden mundial actual, se pueden destacar:
- La piratería
- La lucha contra el terrorismo en el mar
- El tráfico de migrantes, armas y estupefacientes
- El robo con uso de armas en el mar
- La pesca ilegal
- El saqueo de los recursos marinos
- La exploración no autorizada en zonas económicas exclusivas
- Respuesta ante emergencias en el mar
Un abanico de amenazas que requieren de una necesaria cooperación internacional, pero también entre administraciones y entre diferentes sectores para abordarlas.
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