La trágica historia de Afganistán. Parte II
Todo indica que tarde o temprano, los talibanes podrían romper lo que han comprometido; respetar los derechos humanos, incluyendo los derechos de las mujeres y de las niñas, la libertad total para los medios de comunicación, así como también las garantías para quienes se hayan desempeñado como funcionarios públicos del régimen depuesto.
¿Por qué hay tantas etnias en Afganistán?
La gran diversidad se debe a las constantes invasiones que ha sufrido el país a través de su historia.
Cada una de ellas ha impuesto sus tradiciones, y no sólo han dejado su genética a través de sus descendientes, sino profundas huellas en las costumbres, lenguas, dialectos y religiones.
Se la considera una sociedad multiétnica y mayoritariamente tribal. En cierto modo, la falta de una real unión entre sus habitantes y la difícil geografía, han sido un fuerte impedimento para alcanzar un mejor desarrollo y la necesaria prosperidad de la nación.
Normalmente se mencionan alrededor de 14 grupos étnicos, lo que incide en que la cultura nacional no sea del todo uniforme.
Es común que, con el paso del tiempo, las grandes diferencias tienden a suavizarse, y ciertas tradiciones y celebraciones comienzan a ser adoptadas por la mayoría, por lo que actualmente no hay límites muy claros entre los diversos grupos y existe mucha superposición de costumbres. En cuanto a creencias, la religión del islam es la que predomina hoy en día.
La promesa Talibán incumplida
El ex presidente Donald Trump, hizo en 2017 la promesa de poner fin a las interminables guerras de Estados Unidos. Para ello, se iniciaron conversaciones en el año 2018 con el objetivo de poner fin al conflicto y a la presencia norteamericana en Afganistán. Algunos cálculos estiman que murieron alrededor de 32.000 afganos, y que las víctimas estadounidenses ascienden a 2.400 militares.
Es así como el 29 de febrero de 2020 en Doha, la capital de Qatar, en la península del Golfo Pérsico, el gobierno de los Estados Unidos y los dirigentes talibanes firmaron un compromiso denominado; “Acuerdo para traer la Paz a Afganistán”.
El pacto fue firmado por el embajador estadounidense Zalmay Khalilzad y por Abdul Ghani Baradar, cofundador de la milicia talibán.
Entre los acuerdos pactados, destacan la retirada de todas las tropas extranjeras en mayo de 2021, (fecha que tuvo que ser pospuesta) y el levantamiento de las sanciones existentes sobre líderes talibanes, así como también la liberación de hasta cinco mil prisioneros.
Por su parte, los talibanes se comprometieron a no permitir que en territorio afgano se planifiquen o realicen acciones que amenacen la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, y también a iniciar negociaciones para un acuerdo con el gobierno afgano que, en ese entonces era dirigido por Ashraf Ghani, a fin de terminar con toda disputa y violencia interna, liberando a su vez mil funcionarios que ellos mantenían presos. Todo orientado a mejorar el futuro político y social del país.
Aparentemente, los estadounidenses cometieron el error de tener excesiva confianza en la preparación que hicieron a los integrantes de las Fuerzas de Seguridad del gobierno afgano, y en el material bélico que les entregaron, dando por descontado que serían capaces de controlar la situación, mantener el orden y repeler cualquier intento de recuperación del poder por parte de los talibanes.
Como era de esperarse, los talibanes no respetaron el “Acuerdo de Paz”, al no iniciar conversaciones con el gobierno, y en el momento en que ya se habían retirado del país algo más de la mitad de las tropas estadounidenses y sus aliados, aprovecharon la oportunidad y comenzaron a atacar con mucha violencia y rapidez. Su estrategia fue comenzar por los pueblos más pequeños y vulnerables, luego siguieron con las ciudades de mayor tamaño y finalmente atacaron las principales ciudades, terminando por capturar Kabul, la capital.
¿Se puede confiar en las promesas de los Talibanes?
A juzgar por los acontecimientos recientes, pareciera que ellos no acostumbran a cumplir totalmente sus promesas.
Según Human Rights Watch “Los talibanes están empleando discernimientos imprecisos, que profundizan las dudas sobre su credibilidad”.
Todo indica que tarde o temprano, los talibanes podrían romper lo que han comprometido; respetar los derechos humanos, incluyendo los derechos de las mujeres y de las niñas, la libertad total para los medios de comunicación, así como también las garantías para quienes se hayan desempeñado como funcionarios públicos del régimen depuesto.
Sin embargo, han sido muy claros en lo que buscan, el restablecimiento total del Emirato Islámico que consiguieron entre 1996 y 2001 para gobernar Afganistán.
Para ello, su estrategia militar fue abrumar a las fuerzas gubernamentales con múltiples ataques contra diversos objetivos en todo el país, y Estados Unidos cooperó cumpliendo con su compromiso de liberar prisioneros talibanes, presionando al gobierno afgano para que lo llevara a cabo.
Como era posible de suponer, la mayoría se reincorporó de inmediato al combate con los insurgentes.
¿Qué pasó con las fuerzas de seguridad afganas?
Después de casi 20 años de preparación, ¿por qué las fuerzas de seguridad afganas no pudieron detener el avance talibán?
Se habla de que no había en ellos la voluntad suficiente de luchar, que no estaban con el ánimo de una nueva guerra, y que nunca tuvieron verdaderos líderes, pues eran dirigidos por civiles que tenían muy poca experiencia militar, que lo hacían desde el palacio presidencial.
También les jugó en contra su dependencia del poder aéreo norteamericano, que les facilitaba los ataques y la defensa.
Las unidades de comando que entrenaron los militares estadounidenses no fueron suficientes para afrontar la lucha.
Algunos informes emitidos por el gobierno de los Estados Unidos, detallan que ocurrieron una gran cantidad de casos de corrupción dentro de los integrantes de las fuerzas de seguridad afganas, tales como ventas de armas en el mercado negro, dineros que estaban destinados a las tropas no les llegaban, pues eran apropiados por los comandantes, se mentía sobre el número real de soldados en sus filas, etc.
Obviamente, muchos otros casos podrían existir, y si es así, fueron muy bien ocultados y no se llegaron a conocer.
De este modo cayó fácil la democracia que ayudaron a construir la OTAN y los norteamericanos durante 20 años en el pueblo afgano.
Talibanes no quieren que afganos abandonen el país
Reafirman nuevamente sus promesas, pero nuevos problemas podrían presentarse si no logran cumplirse las fechas acordadas.
El portavoz talibán Zabiullah Mujahid, anunció que no están a favor de permitir que los afganos abandonen el país, en referencia al último plazo de evacuación definido para el 31 de agosto.
“No vamos a permitir que los afganos se vayan, y ni siquiera estamos contentos con ello”.
Indicó que no aceptarán prórrogas: “mi mensaje a los estadounidenses, es que saquen a todos sus ciudadanos antes del 31”.
Luego volvió a repetir las promesas realizadas por la dirigencia talibán: “Puedo decirles con confianza, puedo asegurarles que nadie va a ser perseguido o investigado en ninguna parte del país” en alusión a lo ocurrido en el pasado.
“Me gustaría asegurar a todos mis compatriotas, hombres y mujeres, que nadie va a ser procesado, nadie va a ser perseguido porque ha habido una amnistía general. Nos hemos olvidado de todo, no vamos a responsabilizar a nadie del pasado. Por la paz, la seguridad y la prosperidad, no vamos a hacerlo”.
¿Pueden los afganos confiar en las promesas de los talibanes?
Enlaces sugeridos:
La trágica historia de Afganistán. Parte I
https://www.iniseg.es/comunicacion-iniseg/la-tragica-historia-de-afganistan-parte-1/
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https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58145850
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