Afganistán: una catástrofe anunciada
Debemos reconocer que la participación de la mujer en la vida formativa, laboral, política y religiosa, es determinante en el avance y desarrollo de cualquier país. En consecuencia, prohibir su acción en todo ámbito es condenarlo al fracaso y la miseria, así como también promover el resentimiento y la injusticia.
El G20 aprueba una inversión de 1.300 millones en Afganistán
En una cumbre extraordinaria del G20, realizada en forma virtual y coordinada por Italia, a través de su primer ministro, Mario Draghi, quien calificó como “fructuosa” la gestión anunciando “inversiones significativas”.
No participaron los presidentes de Rusia, Vladímir Putin y de China, Xi Jinping, quienes delegaron sus funciones.
Se logró acordar ayuda humanitaria para Afganistán y los países limítrofes, por un monto que asciende a 1.000 millones de euros, provenientes de la Unión Europea y otra de 300 millones que aportará Estados Unidos, siendo la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien coordine las ayudas aprobadas y el plan de emergencia establecido.
Se pretende que se pueda beneficiar directamente al pueblo afgano, sin que la ayuda pase por las manos de los talibanes.
Esto no significa una legitimación ni un reconocimiento del régimen talibán, pero es primordial establecer contacto con ellos y establecer acuerdos para hacer llegar la ayuda. Mario Draghi, expresó; “Si no nos dejan entrar, no entramos, son esenciales para que esta respuesta sea eficaz”.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, indicó; “Nuestras prioridades en Afganistán son claras: asegurar la asistencia humanitaria y el respeto a los derechos humanos, especialmente de mujeres y niñas, y avanzar en los esfuerzos de evacuación”.
Entre los acuerdos generados en la cumbre, destaca la exigencia que se hará al régimen talibán, para que “rescindan sus vínculos con grupos terroristas”.
¿Qué es el grupo G20 y quienes lo conforman?
El Grupo de los Veinte, es hoy en día el principal espacio de deliberación política y económica del mundo. Es un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos centrales de 19 países, y lo conforman: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea.
Fue creado en 1999 con la finalidad de discutir sobre políticas relacionadas con la promoción de la estabilidad financiera internacional.
Antes del año 2008 era sólo un grupo conformado por autoridades económicas y financieras, pero debido a la crisis mundial ocurrida ese año, terminó desplazando al G8 y al G8+5 y se constituyó como cumbre de Jefes de Estado, quienes tienen una reunión anual denominada; Cumbre de Líderes, por lo que el grupo pasó a un nivel superior.
Sin embargo, continúan existiendo otras dos instancias denominadas Canales. Una de ellas es el Canal de Finanzas, que reúne a los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales y la otra es el Canal de Sherpas, para tratar temas que no sean de índole económico.
La permanente ayuda de la Unión Europea al país centroasiático
El jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, dijo que la Unión Europea busca prevenir el hundimiento de Afganistán; “No podemos contentarnos con mirar y esperar. Tenemos que actuar, y rápidamente”.
El comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, indicó a través de un comunicado; “A lo largo de las últimas semanas, la situación en Afganistán se ha deteriorado más a un ritmo alarmante, con más de 18 millones de personas en desesperada necesidad de ayuda humanitaria”.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, ya había advertido que Afganistán se enfrentaba a una “inminente catástrofe humanitaria”, como resultado lógico luego de sufrir 20 años de guerra. La estabilidad del país dependía en gran medida de la ayuda exterior, aún antes de que los talibanes recuperaran el poder, puesto que el 40% del PIB del país provenía de la asistencia extranjera.
Es así como la Unión Europea (UE), ha tomado el compromiso de entregar nuevamente ayuda humanitaria al pueblo afgano a través del puente aéreo que ha establecido, (a pesar de los problemas de transporte y logística en el país), ha entregado en un primer vuelo, 32 toneladas de equipos quirúrgicos y suministros médicos, y posteriormente, una segunda partida de 25 toneladas con material y equipos médicos para cuidados traumatológicos y Covid-19, aportados por Unicef, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Save the Children, a fin de proporcionar la vital asistencia sanitaria que requieren en este momento.
La crisis humanitaria de Afganistán
Después de la salida de Estados Unidos, el país ha vuelto a estar convulsionado, retrocediendo en muchos aspectos y causando graves problemas a sus habitantes. Actualmente tienen bloqueado el acceso a fondos internacionales, lo que ha mermado la liquidez de los bancos afganos, encareciendo los bienes de primera necesidad, y empeorando la crisis humanitaria que viven.
Han retornado algunas epidemias, como el sarampión, y muy poco se ha hecho sobre el Covid-19. Además, están siendo afectados por una fuerte sequía, con una merma en las cosechas, así como también la llegada del invierno. Todo esto, sumado al aumento de precio de los alimentos, está generando hambre a cerca de 14 millones de personas, y muchos adultos están optando por alimentar a sus hijos, en detrimento de ellos.
El martes 12 de octubre, la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió a través de su portavoz Andrea Iacomini sobre la gravedad que ha alcanzado la situación actual de Afganistán; “Hay un millón de niños que padecen malnutrición aguda y corren el riesgo de morir”
“Hay que hacerlo pronto, no meses ni años, sino días, o nos enfrentaremos a una catástrofe humanitaria”. Luego agregó; “El sistema sanitario se está desmoronando, faltan equipos, medicamentos, personal y recursos adecuados”.
Autoridades hospitalarias en la provincia de Ghor, anunciaron que habían fallecido 17 personas por hambre y malnutrición, aunque Salam al Janabi, de Unicef, dijo que no podía aún confirmar el número de niños.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, al anunciar la cumbre extraordinaria del G20 para ayudar a Afganistán, expresó a fines de septiembre; “Es un deber de los países mas ricos del mundo hacer algo para evitar la catástrofe humanitaria, sin imponer condiciones”.
A esta cumbre fueron invitados representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la Organización de Naciones Unidas (ONU), del Banco Mundial (BM), e incluso representantes de países vecinos a Afganistán, ya que de ocurrir una tragedia se verían también afectados en primera línea, Además han debido recibir a miles de refugiados.
Promesas incumplidas de los talibanes hacia las mujeres
El lunes 11 de octubre, el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, hizo ver su malestar hacia los talibanes; “Estoy especialmente alarmado al ver que las promesas hechas a las mujeres y niñas afganas por los talibanes se están incumpliendo”.
“Hago un llamamiento enérgico a los talibanes para que mantengan sus promesas a las mujeres y las niñas y cumplan sus obligaciones en virtud de los derechos humanos internacionales y el derecho humanitario”.
Aseveró que las mujeres juegan un papel preponderante en la economía afgana, por lo que es contraproducente prohibirles trabajar; “Sin ellas, no hay posibilidad de que la economía y la sociedad afganas se recuperen”.
También exhortó al mundo a apoyar con ayudas y dinero al país, para evitar un colapso económico. La crisis humanitaria afecta al menos a 18 millones de personas, casi la mitad de su población, por lo que es necesario y urgente revitalizar la economía.
¿Qué prohibiciones han pesado sobre las mujeres en Afganistán?
La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA por sus siglas en inglés) que promueve los derechos de las mujeres desde el año 1977, indicaron algunas de las prohibiciones que fueron impuestas entre 1996 y 2001 por los talibanes radicales, y nada hace pensar que eso no volverá a suceder, pues ya hay algunas de ellas que se han vuelto obligatorias nuevamente.
- No pueden ser tratadas por médicos varones.
- Deben usar un velo que las cubra completamente.
- No pueden mostrar los tobillos.
- No pueden usar vestimentas de colores, porque los tonos vistosos son “sexualmente atractivos”.
- No pueden salir solas ni estrechar la mano a un varón.
- Al cumplir 10 años tienen prohibido ir a la escuela, menos aún estudiar una profesión.
- No puede haber imágenes de mujeres en la vía pública, revistas o tiendas.
- No pueden maquillarse, usar cosméticos o pintarse las uñas.
- Los zapatos con taco alto están vedados, porque un varón no debe oír los pasos de una mujer.
- No tienen derecho a aparecer en radio, televisión ni en reuniones públicas.
- No pueden escuchar música ni reír en voz alta.
- Tienen prohibido montar en bicicleta o en motocicleta.
- Si toman un taxi, deben hacerlo en compañía de un familiar cercano (padre, hermano o esposo).
- Tienen prohibido mezclarse con varones en el transporte público, y sólo pueden utilizar buses exclusivamente para mujeres.
- No tienen derecho a participar en actividades deportivas, ni pertenecer a un club.
La lista de prohibiciones es bastante más larga y los castigos son las ya conocidas e ignominiosas palizas públicas. Durante el primer gobierno talibán hubo reportes de mujeres a las que les fueron amputados los dedos por haberse pintado las uñas, y las lapidaciones por adulterio eran habituales cada día. Forzadas a casarse, incluso siendo aún niñas. Además, las mujeres tenían vedado ser fotografiadas.
No hay reconocimiento al régimen talibán
A mediados de septiembre de este año, el Consejo de Seguridad de la ONU amplió por seis meses más su misión política en Afganistán, haciendo hincapié en la “importancia del establecimiento de un gobierno inclusivo y representativo” y reiteró la exigencia de “participación plena, igual y significativa de las mujeres, y del respeto de los derechos humanos, incluidas las mujeres, la infancia y las minorías”.
Algunas ONG como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, instaron a la ONU y a sus aproximadamente dos mil representantes en territorio afgano, a que sigan manteniendo su presencia en el país, ya que es el único modo de conocer de primera mano, los abusos que se puedan estar cometiendo en contra de los derechos humanos.
A pesar que los talibanes han expresado que creen en las relaciones internacionales equilibradas, y que quieren tener una relación positiva con todo el mundo, pues sólo así se puede salvar a Afganistán de la inestabilidad, son muchos los gobiernos que no quieren reconocer el régimen de los talibanes, y ahora se ha sumado formalmente también Italia.
A raíz de que miles de personas se manifestaran en esa nación a fines de septiembre, para apoyar a las mujeres afganas, el ministro italiano de Exteriores, Luigi di Maio, dijo que; “El reconocimiento de un gobierno talibán es imposible, hay 17 terroristas entre los ministros y los derechos humanos son violados continuamente”.
¿Qué podemos concluir?
Stephane Dujarric, (portavoz de la ONU) expresó en una entrevista que los derechos de la mujer son una parte “esencial” de la estabilidad futura de Afganistán, y tiene mucha razón, pues debemos reconocer que la participación de la mujer en la vida formativa, laboral, política y religiosa, es determinante en el avance y desarrollo de cualquier país. En consecuencia, prohibir su acción en todo ámbito es condenarlo al fracaso y la miseria, así como también promover el resentimiento y la injusticia.
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