Los uigures reclaman desde restricciones a la libertad de expresión y asociación, hasta discriminación por motivos religiosos. De ahí la permanente presencia de un espíritu secesionista en la zona.
Etnias en China
La República Popular China, como es sabido, es un país enorme en términos de territorio y cantidad de población. Con cerca de 10.000.000 de kilómetros cuadrados y aproximadamente 1.400 millones de habitantes es el país más poblado del mundo.
En un Estado de esas dimensiones y con una rica tradición histórica y cultural, como es de imaginar, no existe tal cosa como la total homogeneidad étnica. Si bien la etnia mayoritaria es la Han, que alcanza a un 92% de la población total, el 8% restante no es una cifra minoritaria si consideramos que entre ellas fácilmente podemos sumar a más de 100 millones de personas. Es decir, mucho más que la población de España o de Alemania, por ejemplo.
La etnia dominante Han se distribuye con absoluta predominancia en la región denominada la “Costa de Oro”, ubicada en la zona más oriental del país, donde se sitúan las grandes metrópolis, industrias y, por supuesto, los mayores niveles de crecimiento económico y desarrollo humano del gigante asiático. Este territorio, fundamental para el país, en términos espaciales equivale, sin embargo, a cerca de un 40% de la geografía de China.
Contraria es la situación en las zonas interiores del país y que, lógicamente, constituyen cerca del 60% del espacio territorial bajo administración del Estado chino. Allí no hay una hegemonía étnica Han marcada, sino que se contabilizan 58 etnias diferentes. Así mismo, el pujante desarrollo económico del dragón, no llega a la periferia como en la “Costa de Oro”.
Esta situación se agudiza en los extremos y zonas fronterizas del país, en las que estos grupos étnicos incluso tienen contacto e influencia importante de culturas extranjeras como las mongolas, coreanas, tibetanas, pero también -y estos será nuestro caso de mayor interés- con culturas turcomanas. Decimos que son nuestros casos de mayor interés porque estas regiones, las turcomanas, se han convertido en una verdadera preocupación para los gobiernos de China. ¿El motivo? Un separatismo que ha devenido en extremismo y terrorismo.
Porque si bien es cierto que al interior de China podemos contabilizar una serie de movimientos independentistas que buscan la secesión -tal vez el más reconocido durante el último par de años sea el de la región administrativa especial de Hong Kong que se ha hecho visible mundialmente por sus masivas manifestaciones callejeras; la verdad es que el terrorismo ha sido predominante en una zona particular: la de Xinjiang.
Historia del terrorismo étnico
En el extremo noroccidental de China se ubica Xinjiang. Su nombre oficial es Región Autónoma Uigur de Xinjiang. La zona también es conocida en español como Turquestán Oriental y fue una sección geográfica de importante valor comercial y estratégico en la historia del país asiático, ya que era parte de la Ruta de la Seda. Una verdadera puerta de conexión entre Europa y Asia. En la actualidad, no obstante, en el plano económico, las principales actividades productivas son la extracción de petróleo y la agricultura.
En términos demográficos, con una población de casi 20 millones de habitantes según el censo del 2000, la etnia mayoritaria en la región es la que le da su nombre: la etnia uigur con cerca de un 60% de la población. Esta es seguida, con poca diferencia, por la etnia Han que se alza casi en el 40%. La tercera etnia más importante, aunque con bastante menos población, es la etnia kazaja. Como sea, dos de las tres etnias mayoritarias son turcomanas.
Otros datos relevantes a mencionar, son los aspectos culturales, entre los que podemos señalar que la religión mayoritaria en la región es el islam y las lenguas oficiales el uigur y el chino.
Acá es importante destacar que, al menos en dimensiones históricas, esta importante presencia de población de la etnia Han es relativamente reciente dentro el territorio. Comienza recién durante el siglo XX cuando el régimen comunista, en 1949, logra controlar efectivamente la región. Dicho de otro modo, la presencia de la etnia Han, en especial cuando es en calidad de autoridades, se percibe prácticamente como una fuerza de ocupación por parte de franjas importantes de la población pertenecientes a etnias turcomanas. Los uigures reclaman desde restricciones a la libertad de expresión y asociación, hasta discriminación por motivos religiosos. De ahí la permanente presencia de un espíritu secesionista en la zona.
Pero es en 1990 donde este secesionismo comienza a articularse y hacerse visible como separatismo con protestas contra el gobierno chino, siendo el Movimiento por la Independencia de Turquestán Oriental el grupo más visible.
A las manifestaciones que comenzaron a escalar en esa década, la Administración china respondió con suma dureza, incluyendo ejecuciones a líderes separatistas en 1997. Esto en alguna medida propició la agudización del conflicto en el que las expresiones separatistas se convirtieron en expresiones extremistas y terroristas.
A modo de balance, los ataques terroristas registrados en la región de Xinjiang entre 1990 y 2016 se contabilizan por miles. Entre las víctimas se contabilizan cientos de inocentes, incluyendo ataques sistemáticos a policías y comisarías que cobraron la vida de no pocos efectivos de seguridad. La violencia encontraría su punto cúlmine en la masacre registrada en julio de 2009 que dejaría una estela de 197 muertos y casi 2.000 heridos.
Beijing alega enfrentarse con extremistas religiosos violentos, sin embargo, y a la luz de la profundidad histórica y cultural de estos choques de origen étnico en la región, ¿será posible encontrar otra salida al conflicto? Un ejemplo lo puede dar la misma historia reciente. Por ejemplo, entre 1944 y 1949 China mantuvo un régimen de autonomía más avanzado en el Turquestán Oriental. Tal vez esa experiencia autonómica y también la de países con administraciones menos centralizados, como es el caso de España, pueda ser una inspiración para la resolución pacífica de las tensiones entre China y las etnias mayoritarias de Xinjiang.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6259887
https://www.hrw.org/legacy/backgrounder/asia/china-bck1017.htm
Acerca del Autor de este Artículo
ANDRÉS FONSECA LÓPEZ
Profesional en Ciencias Sociales, Económicas y Gestión de Proyectos. Licenciado en Filosofía, estudios de Máster en Psicología y posgrados en Trabajo Social, Innovación y Emprendimiento. Especializado en Estudios del Desarrollo, Economía Política, Cooperación al Desarrollo y Derechos Humanos.
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