Consideramos que hacer una revisión de la actividad terrorista en territorio español no solo es necesario como ejercicio de memoria histórica, sino que sobre todo, como antídoto activo contra las amenazas terroristas actuales y futuras, ya que, solo dimensionando el alcance de esta actividad criminal, cerraremos filas como sociedad contra una de las peores amenazas para nuestra convivencia.
Introducción
La historia contemporánea de España ha estado marcada por el flagelo del terrorismo. Si bien se pueden rastrear antecedentes de estos actos criminales incluso hasta el siglo XIX, lo cierto es que, durante la década del 60 del siglo pasado, el terrorismo experimenta una escalada que deja un lamentable balance en la que se cuentan, según cifras oficiales, 1.451 víctimas mortales y 4.983 heridos entre 1960 y 2020.
Pero no es todo. La actividad terrorista, al cumplir sus objetivos destructivos e intimidantes, también genera daños en los ámbitos político, económico, pero sobre todo en el ámbito social. Por lo anterior, consideramos que hacer una revisión de la actividad terrorista en territorio español no solo es necesario como ejercicio de memoria histórica, sino que sobre todo como antídoto activo contra las amenazas terroristas actuales y futuras, ya que, solo dimensionando el alcance de esta actividad criminal, cerraremos filas como sociedad contra una de las peores amenazas para nuestra convivencia.
Definición de terrorismo
La noción de terrorismo es, en ocasiones, compleja de definir. De hecho, no existe una definición precisa en el derecho internacional. Pero es necesario dotarnos de una conceptualización certera que nos permita identificar qué es terrorismo y qué no lo es, para evitar el uso equivocado o abusivo de esta categoría criminal que, demás está decir, porta una enorme carga negativa.
Pero tampoco es que no existan nociones precedentes que nos ayuden en la tarea de buscar una adecuada definición conceptual. Por ejemplo, nos podemos remitir a la “Declaración sobre medidas para eliminar el terrorismo internacional” aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1994. En ella, en su resolución 49/60 párrafo 3, se afirma que el terrorismo se podría definir como «actos criminales con fines políticos concebidos o planeados para provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en personas determinadas».
Dicha resolución agrega, además, que estos actos son «injustificables en todas las circunstancias, cualesquiera sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra índole que se hagan valer para justificarlos».
Posteriormente, en 2004, en su resolución 1566, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lo definió como «actos criminales, inclusive contra civiles, cometidos con la intención de causar la muerte o lesiones corporales graves o de tomar rehenes con el propósito de provocar un estado de terror en la población en general, en un grupo de personas o en determinada persona, intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de realizarlo».
Establecido lo anterior, más allá de cualquier intento de tergiversación o justificación ideológica, política o religiosa, no hay duda que en España han existido diversas expresiones terroristas que serán objeto de nuestro examen a continuación. Eso sí, tal como advertimos en la introducción, nuestra revisión del fenómeno se centrará en la actividad terrorista que arranca desde la década del 60 del siglo pasado hasta nuestros días. Es decir, abarcaremos la segunda mitad de la dictadura franquista, la transición a la democracia y el periodo democrático consolidado.
Así mismo, para fines prácticos, agruparemos las distintas expresiones terroristas en cuatro categorías: nacionalismo radical, extrema izquierda, extrema derecha y yihadismo.
Nacionalismo radical y extrema izquierda
El 27 de junio de 1960, en la estación de trenes Amara de Donostia/San Sebastián muere Begoña Urroz Ibarrola, una niña de 20 meses de edad, por causa de un atentado. El ataque fue atribuido en un primer momento a la organización independentista vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA), pero investigaciones posteriores revelan que el hecho habría sido de autoría de la agrupación antifascista Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL).
Y es que para esa década ya operaban estas dos bandas y también una tercera, de ideología anarquista, denominada Defensa Interior (DI). Apareciendo al final del periodo, la agrupación independentista catalana Exèrcit Popular Català (EPOCA) completaría el conjunto de las tempranas organizaciones terroristas de inspiración nacionalista radicales y de extrema izquierda.
En la década del 70, a las acciones de ETA y EPOCA, se suman las del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), organización revolucionaria que aboga por la lucha armada para derrocar el franquismo y reinstaurar la República. También hacen aparición los ultraizquierdistas, Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO). Y casi al final de esa década, aparece Terra Lliure, agrupación independentista catalana de izquierda radical. Es el periodo de la transición democrática y estas organizaciones y sus atentados solo agregan tensión e incertidumbre al proceso.
Llegados los 80 del pasado siglo, ETA, GRAPO y Terra Lluire se mantienen en activo; particularmente los dos primeros grupos que aumentan sus operaciones. A esta constelación se agrega el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC), organización independentista gallega.
ETA y GRAPO fueron las dos organizaciones que más tiempo mantuvieron su actividad. De hecho, ambas operan hasta entrados los 2000. Pero no es su única coincidencia. También han sido las organizaciones más letales dentro del espectro del nacionalismo radical y la extrema izquierda respectivamente.
Según fuentes oficiales de la Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, así como de bibliografías académicas actualizadas, la trayectoria de ETA registra más de 3.500 atentados saldados con 853 asesinatos, 2.632 heridos y 86 secuestrados entre 1958 y su fin en 2018. Los GRAPO, en tanto, fueron responsables de más de 80 de las 110 víctimas fatales provocadas por atentados de la extrema izquierda entre 1960 y 2006 -fecha en la que se disuelven.
La ultraderecha
Y aunque el ciclo de violencia terrorista que inicia en España y el mundo durante la década del 60 del siglo XX parece tener el sello de la izquierda radical y de los nacionalismos independentistas, lo cierto es que el terrorismo no fue de uso exclusivo de grupos de este espectro político. Desde la extrema derecha también se cometieron múltiples atentados. Y aunque puede que en número sean menos significativos, el dolor de las víctimas, sus familias y deudos siempre es el mismo; como también lo es el mensaje de terror que se infunde en la sociedad.
De inspiración franquista, los grupos terroristas de ultraderecha nacen como respuesta a la violencia de ETA, pero también para sabotear la transición a la democracia. Batallón Vasco Español (BVE), la Alianza Apostólica Anticomunista (Triple A) y los Grupos Armados Españoles (GAE) fueron de las organizaciones terroristas más notorias de este extremo político.
Activos sobre todo en el periodo comprendido entre 1975 y 1982, a la ultraderecha se le adjudican cerca de 60 asesinatos terroristas, entre los que destaca la Matanza de Atocha en 1977. En ese episodio, jóvenes armados dispararon al interior de un bufete de abogados ligados al sindicato Comisiones Obreras: 5 personas perdieron la vida.
La violencia terrorista de la extrema derecha menguaría en la medida que avanzaba el proceso transicional y se cerraba el capítulo del franquismo. La ultraizquierda continuaría sus acciones que, sin embargo, también irían decreciendo progresivamente para, al final de la década del 80, verse profundamente golpeadas en su núcleo ideológico con la caída del Muro de Berlín, el derrumbe de los socialismos reales y el denominado “Fin de la Historia”.
Pero ETA no retrocedería. Inauguran la década del 80 con el triste récord de 96 asesinatos terroristas -la cifra más alta de la transición. Y se mantendrían sumamente activos durante ese periodo.
Como réplica a la intensa actividad terrorista de ETA aparece un nuevo tipo de organización de corte parapolicial. Es el caso de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Contando incluso con policías y guardias civiles en sus filas, en su breve existencia entre los años 1983 y 1987, cometieron 27 asesinatos.
Terrorismo yihadista
En 1985 una nueva amenaza terrorista irrumpe en España con un atentando en el restaurante El Descanso, cerca de Madrid. Esta vez, los terroristas no pertenecen a organizaciones del espectro político conocido ni se identifican con los nacionalismos radicales: se trata del yihadismo. El ataque saldó con 18 muertos.
Desde ese primer atentado hasta la fecha, el yihadismo ha cobrado 288 víctimas fatales y 2.036 heridos en territorio español. Se incluyen en estas cifras la mayor masacre terrorista de la historia del país: el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Su autoría se atribuyó a grupos ligados a Al-Qaeda y dejó como consecuencia 193 muertos y cientos de heridos.
Más tarde, el 17 de agosto de 2017, ataques en Barcelona y Cambrils cobran 16 víctimas mortales y un importante número de heridos.
Así llegamos a la actualidad. Los atentados inspirados en una visión fundamentalista del islam se han llegado a posicionar como los segundos con más víctimas fatales después de ETA pese a comenzar su escalada de acciones varias décadas más tarde. Y aunque se cuenta con un Estado de derecho avanzado y una democracia consolidada, el derecho fundamental a la seguridad individual de los individuos sigue bajo amenaza.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://www.ohchr.org/documents/publications/factsheet32sp.pdf
https://www.donostia.eus/home.nsf/0/67628948EEDBC1A3C12585FD003D556F?OpenDocument&idioma=cas
https://theconversation.com/de-eta-al-yihadismo-un-balance-del-terrorismo-en-espana-1960-2020-159614
https://es.statista.com/estadisticas/563614/grupos-terroristas-con-mas-atentados-en-espana/
Acerca del Autor
ANDRÉS FONSECA LÓPEZ
Licenciado en Filosofía, Máster en Psicología, Posgrado en Trabajo Social, Diplomado en Políticas Sociales, Pobreza y Territorio, Diplomado en Derechos Humanos de los Grupos en Situación de Vulnerabilidad.
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