Los sabotajes informáticos en grandes empresas y los consecuentes robos de datos están aumentando notablemente en los últimos meses.
El espionaje económico y la conflictividad laboral han incrementado un 30% esos delitos en las compañías del Ibex
Además exisite una máxima inquietud en las cúpulas empresariales. Los directivos de las grandes compañías del Ibex 35 están detectando un notable incremento de los delitos informáticos en las empresas. Su preocupación de fondo: se están produciendo importantes fugas de datos confidenciales.
Principales sabotajes
Las fuentes especializadas a las que ha tenido acceso ECD explican que los principales casos de sabotaje informático, que provocan fugas de información clasificada, se están produciendo en las grandes empresas del Ibex. Estas son las dos situaciones que más se están repitiendo:
– Borrados masivos de datos: Se trata de empleados, con acceso a información sensible de la empresa, que por venganza realizan un borrado masivo de datos antes de abandonar la compañía, con el fin de causar el máximo daño. Dependiendo de la cantidad y la relevancia de la información, la pérdida para la empresa será mayor o menor.
– Envíos de información clasificada a la competencia: Es el segundo, pero no por ello menos importante, quebradero de cabeza para los directivos. El hecho de que otras compañías del sector consigan información confidencial (planes estratégicos, situación financiera o próximos fichajes) hace vulnerable a la empresa de cara al futuro.
Una de las mayores amenazas
Los efectos de la crisis económica, unida a un clima de desconfianza por parte de los trabajadores, han generado el clima perfecto para provocar este aumento de conductas fraudulentas y de sabotajes en las grandes compañías y multinacionales.
Según las fuentes consultadas, entre los directivos de muchas de las grandes empresas del Ibex 35 se considera que las medidas de seguridad de la información no son suficientes y que los ’empleados desleales’ se han convertido en una de las mayores amenazas.
Barridos en las salas de juntas
Ante ese escenario, las grandes compañías están tomando medidas para tratar de evitar la fuga de información que se refiera a sus decisiones más estratégicas. Según reconocen fuentes empresariales, en la actualidad la desconfianza entre los altos directivos es máxima: nadie se fía de nadie.
Tan es así que, tal y cómo reveló ECD, la mayoría de las multinacionales están recurriendo a detectives privados para que realicen barridos electrónicos de sus salas de juntas en las horas previas a la celebración de un trascendente consejo de administración.
Redadas por todos los rincones
No solo eso. Según las fuentes consultadas, en los últimos meses se han intensificado las inspecciones de seguridad, no solo en las salas de juntas, sino también en cualquier rincón de las sedes de las grandes empresas.
Se busca con ello descubrir si existen micrófonos ocultos o se esconden allí sistemas de captación de información o pinchazos telefónicos. Se centra en el rastreo de señales, y de emisores y receptores, de equipos de escuchas o cámaras de vídeo.
También se procede al análisis de las líneas telefónicas, comprobando posibles caídas de tensión y oscilaciones extrañas.
Igualmente, se localizan e identifican defectos en cables metálicos, empalmes etc., y cualquier tipo de elemento ajeno a la línea.
Finalmente, se realiza una inspección ocular para localizar físicamente algún equipo oculto, sobre todo en falsos techos y suelos, que se retiran manualmente.