Cuando hablamos de piratería marítima, nos referimos a un fenómeno criminal que incluye robos, pero también bunkering -robo de petróleo por medio de trasvase en alta mar- y, tal vez lo más inquietante y que mencionábamos recién: los secuestros de tripulantes que, en el Golfo de Guinea, se han convertido en práctica común con un alto número de incidentes.
El problema
En África, en su costa atlántica, específicamente en su punto centro-occidental, donde coinciden la línea del ecuador y el meridiano de Greenwich, se encuentra el Golfo de Guinea. De gran extensión, diez países comparten acceso directo a sus costas: Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón y las islas de la República de Santo Tomé y Príncipe. De ahí que la región del Golfo sea un epicentro del tránsito y recale de miles de naves comerciales al año.
Pero más allá del protagonismo que esta región posee como obligada ruta del comercio marítimo, el Golfo de Guinea ha adquirido notoriedad en materia de seguridad durante los últimos años por concentrar un altísimo registro de episodios de piratería marítima y robo a mano armada en el mar. El Centro de Información sobre Piratería -dependiente de la Oficina Marítima Internacional- ha informado sobre 195 incidentes el pasado año 2020, aumentando significativamente la cantidad de casos registrados el 2019 que, de todos modos, sumaban una cuota nada despreciable de 162 episodios.
Junto con este aumento general de la piratería y robos marítimos a nivel mundial, la preocupación sobre el Golfo de Guinea se desprende del hecho de que, de la totalidad de casos globales registrados el 2020, 82 eventos tuvieron lugar en esta región. Pero no solo eso, en 2020, en este cuadrante geográfico también se concentraron 95 por ciento del total de víctimas de secuestro por actos de piratería marítima del mundo, con 130 tripulantes secuestrados.
Piratas modernos
Cuando hablamos de piratería marítima, nos referimos a un fenómeno criminal que incluye robos, pero también bunkering -robo de petróleo por medio de trasvase en alta mar- y, tal vez lo más inquietante y que mencionábamos recién: los secuestros de tripulantes que, en el Golfo de Guinea, se han convertido en práctica común con un alto número de incidentes.
Las acciones son efectuadas por grupos relativamente pequeños, pero ágiles, de una decena de hombres que, coordinados desde tierra, operan en el mar desplazándose sobre lanchas rápidas. Suelen ir fuertemente armados con armas blancas y de fuego, siendo una característica común el uso de fusiles Kalashnikov y machetes.
Las operaciones criminales se despliegan en forma de abordaje a naves comerciales. Una vez en cubierta, actúan velozmente centrando su accionar en la obtención de dinero, equipos electrónicos y combustible. En ese sentido, distintas fuentes consideran que la piratería que se practica en el Golfo de Guinea es más bien una forma de pillaje -distinto a lo que ocurría en Somalia hasta hace algunos años, en donde incluso se secuestraban barcos enteros. Aun así, los casos registrados en esta región, por su frecuencia y altos grados de violencia, son igualmente preocupantes para las navieras y las autoridades marítimas a escala internacional.
De hecho, en uno de los primeros episodios de piratería registrados este año, un incidente alcanzó gran connotación mediática por su nivel de violencia. Fue el pasado 23 de enero cuando un grupo de piratas abordó, a 160 km de la isla de Santo Tomé y Príncipe, a un carguero de bandera liberiana que había partido desde Nigeria con dirección a Ciudad del Cabo, capital de Sudáfrica. En la ocasión, 15 tripulantes de nacionalidad turca fueron secuestrados, pero, además, los piratas asesinaron a un oficial de nacionalidad azerbaiyana.
Causas
Nigeria se ha convertido en el principal productor de petróleo en el continente africano. No obstante, la extracción de este combustible con miras a la exportación no se ha traducido en mayores niveles de calidad de vida y desarrollo para el grueso de la población del país. Al contrario, en zonas como el Delta del Níger, se combinan altas tasas de desempleo con los efectos de la contaminación que deja en el ambiente la industria extractiva del hidrocarburo.
Esta crítica situación propició la aparición de grupos armados que, enemistados con las petroleras, se lanzaron al robo de crudo, refinado ilícito del mismo y a acciones aún más radicales como el secuestro de personal de las empresas para pedir rescates. Y si bien el Ejército de Nigeria reprimió y terminó en gran medida este tipo de actividades ilícitas, a falta de otras fuentes de dinero, se registró un cambio de giro desde las acciones de robo y sabotaje contra las petroleras hacia la piratería marítima.
Por lo anterior, expertos consideran que esta actividad es ejercida sobre todo por personas de nacionalidad nigeriana. Las autoridades de ese Estado y otros de la región, toman cartas en el asunto y fortalecen la vigilancia de sus aguas soberanas. Sin embargo, se cierran a la cooperación internacional en esas tareas. De hecho, impiden la entrada de naves de custodia para el transporte marítimo e impiden la presencia de vigilantes de seguridad privada sobre las embarcaciones que circulan su mar territorial.
Pero, a la luz de la osadía y capacidad técnica que reflejan ataques cada vez más alejados de la costa y que incluso terminan en secuestros masivos y víctimas morales, no cabe duda que urge mejorar los niveles de seguridad de las naves desde distintos niveles de acción. España, Francia e Italia se adelantan y sus armadas ya patrullan aguas internacionales del Golfo de Guinea. Aún así, la ausencia de una respuesta internacional coordinada en la región, sigue exponiendo a tripulaciones y mercancías que transitan por una ruta clave del comercio internacional.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5020234
http://rm-forwarding.com/2021/01/27/piratas-en-el-golfo-de-guinea-por-que-atacan-alli/
https://elpais.com/economia/2021-04-04/miedo-a-los-piratas-en-la-ruta-alternativa-a-suez.html
Acerca del Autor
ANDRÉS FONSECA LÓPEZ
Licenciado en Filosofía, Máster en Psicología, Posgrado en Trabajo Social, Diplomado en Políticas Sociales, Pobreza y Territorio, Diplomado en Derechos Humanos de los Grupos en Situación de Vulnerabilidad.
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