¿Qué pueden esperar los inmigrantes de los Gobiernos? En Italia, hay dos posturas muy claras, blanco o negro, no hay gris, literalmente hablando. No todos los inmigrantes son terroristas y no todos los terroristas están entre los inmigrantes. Es un tema difícil para Italia y el mundo. Desde hace años que Italia tiene su frontera abierta para los inmigrantes, casi sin restricciones. Pero con el acuerdo firmado con Libia, Italia se libró de la obligación de recibir a todos los inmigrantes y darles asilo, así pudo controlar mejor sus fronteras, ya que siempre ha sido la entrada principal de los inmigrantes a Europa.
¿Qué sucede en Italia con los inmigrantes?
El próximo mes serán las elecciones en Italia y un tema que ha estado sobre la mesa este último tiempo, es el de los inmigrantes. Salga quien salga como presidente, la situación de los inmigrantes no cambiará, ya que parece ser un estigma para la sociedad y se ve todo negro para ellos.
El ataque racista ocurrido en Macerata (Italia) donde seis inmigrantes negros recibieron los disparos de Luca Traini, un neonazi que en el pasado había sido candidato de la Liga Norte, no fue tratado como atentado por los medios, impidiendo verlo como lo que es: “terrorismo de ultraderecha“, según los medios locales.
No tardó en dar su opinión Matteo Salvini, líder del partido nacionalista Liga Norte y xenófobo, quien tiene una particular interpretación de los hechos: “Está claro que la invasión y la inmigración fuera de control conducen al conflicto social. (…) Si hay que culpar a alguien, el Gobierno es el que ha permitido que cientos de miles de inmigrantes ilegales vengan aquí sin ningún límite”.
Lamentablemente, en la Europa de 2018, los personajes como Salvini empiezan a ser la norma, no la excepción.
Italia es uno de los frentes calientes de esta epidemia y el tema de los inmigrantes ayuda a promover las campañas políticas de los candidatos. Claro que usando la xenofobia no es la mejor manera de ganar adeptos ni la más limpia.
La xenofobia tiene dos variables: vulnerabilidad social y populismo, e Italia tiene para dar y tomar de ambos. Según las estadísticas, uno de cada tres italianos vive en la pobreza o en riesgo de exclusión; uno de cada tres partidos políticos ha hecho de los inmigrantes y de quienes les apoyan, la razón de todos sus males.
La proporción de inmigrantes en la población total de Italia, no es particularmente alta, 10% por debajo de la de España o Francia, pero el peso de la responsabilidad que se han visto obligados a asumir, durante la crisis de refugiados, es groseramente desproporcionado: de las 10.000 peticiones de asilo del año 2010 a las 122.960 del año 2016.
La percepción de las autoridades y de la ciudadanía, es que Europa les ha dado la espalda.
Mientras pedían más solidaridad de parte de Europa, los gobiernos de centro-izquierda del Partido Democrático, desplegaron una política dura de gestión fronteriza (doctrina Minniti, por el Ministro que la impulsó) que combina la restricción de las facilidades de asilo, el aumento de los centros de detención y los acuerdos de repatriación. El acuerdo con Libia ha ayudado a reducir las llegadas en un 35% en el año 2017.
Según una encuesta, los partidos de “línea dura contra los inmigrantes”, podrían acumular un 30% del apoyo electoral y viendo la trayectoria de los partidos de las “líneas más blandas”, durante estos años, podríamos decir que cualquier opción de Gobierno, para los inmigrantes no sería beneficioso.
Silvio Berlusconi, una voz autorizada en cosas legales y financieras, ha hecho números: “sólo el 5% de los que están en Italia, alrededor de 30.000, tienen derecho a permanecer como refugiados. Los otros 600.000 representan una bomba social lista para explotar que solo el gobierno de centro-derecha lograría desactivar”.
Por lo visto ayer, hoy y mañana, los inmigrantes serán un problema para los Gobiernos.
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Fuente: elpais.com