Dominar el mundo debe ser la más grande aspiración de todo Gobernante, sobretodo de las grandes potencias. Para China no solo es un deseo, sino una realidad, porque para eso está trabajando día a día, año tras año, trazando rutas geopolíticas alrededor del mundo.
¿Logrará China dominar el mundo?
Se podría decir que China va en ese camino, que esa es su intención, ya que sus inversiones en diplomacia, armamento e inteligencia artificial así lo demuestran.
El pensamiento de la nueva era liderada por Xi Jinping como presidente de China, es ocupar el papel protagónico en el escenario mundial.
El líder más poderoso del país en décadas, quiere moldear el orden mundial para colocarse como referente y así crear oportunidades estratégicas para sí y para sus empresas y de esa manera legitimar su sistema de gobierno.
En la actualidad, todo le favorece a China para ir tras su ambición, con un Estados Unidos que ha abdicado de su papel de líder mundial, una Europa presa de sus divisiones, un mundo en crisis financiera que viene desde el año 2008 y ahora aún más con la pandemia del Covid-19, se le presenta una oportunidad histórica.
Algunos dichos de Xi Jinping ratifican lo que estamos diciendo:
“Nunca el mundo ha tenido tanto interés en China ni la ha necesitado tanto”.
“Nos abre un enorme espacio estratégico para mantener la paz y el desarrollo y ganar ventaja”, refiriéndose a la “oportunidad histórica” que se les presenta en este momento.
Xi JInping anunció hace un tiempo la meta de convertir a su país en “un líder global en cuanto a fortaleza nacional e influencia internacional” para 2050.
Pone como meta ese año, porque para ese entonces ya habrá agotado su dividendo demográfico, ya que ahora todavía su mano de obra es relativamente joven, resultando beneficiosa para el crecimiento económico del país.
China no va a desaprovechar esta oportunidad histórica, ya que nunca ha tenido tan al alcance de la mano ese objetivo, ser el líder mundial.
La diferencia no solo la marcan las circunstancias geopolíticas o su auge económico, sino también, su situación interna, ya que nunca un líder chino había tenido tanto poder ni se había sentido tan seguro en el cargo, desde los tiempos de Mao.
Lo logrado por Xi Jinping lo avala frente al mundo, ya que en su primer mandato multiplicó su expansión internacional, su Banco Asiático ha concedido préstamos por más de 4.200 millones de dólares y su Nueva Ruta de la Seda ha incorporado a América Latina y tiene en la mira al Ártico.
Otro ejemplo de la invasión de China en el mundo es su interés en África, intereses geopolíticos y geoestratégicos, ya que es un aliado idóneo para lograr sus ambiciones a largo plazo.
Su inversión en diplomacia ha sido grande, como referencia tenemos que en el año 2017 invirtió en este concepto 7.800 millones de dólares, un aumento del 60% con respecto al año 2013.
China está dispuesta a llenar el vacío que está dejando Estados Unidos con respecto a los compromisos internacionales. Xi Jinping se presenta como el gran defensor de la globalización, de la lucha contra el cambio climático y de los tratados de comercio internacionales.
Uno de sus principales pilares de su estrategia es la inversión en el extranjero, tanto de sus empresas como de los millonarios préstamos otorgados a diferentes países.
Un ejemplo es América Latina, donde ha concedido más créditos que el Banco Interamericano de Desarrollo. Según su Ministerio de Comercio, en el año 2017 invirtió 120.000 millones de dólares en 6.236 compañías de 174 países.
En noviembre del año pasado, 15 países de Asia Pacífico liderados por China firmaron en Hanoi el Tratado Comercial de Asociación Regional Integral y Económica (RCEP), considerado el mayor acuerdo de este tipo del mundo, después de ocho años de negociaciones y sin Estados Unidos.
Dicho acuerdo contempla aspectos que van desde el comercio y los servicios hasta las telecomunicaciones, el comercio electrónico y las inversiones.
Este acuerdo incluso ayudará a salir del momento crítico económico en que se encuentran los países firmantes del tratado, debido a la pandemia, estos son, China, Japón, Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Vietnam, Tailandia, Filipinas, Laos, Camboya, Myanmar, Malasia, Singapur, Indonesia y Brunei.
Además, ha adquirido firmas claves en áreas estratégicas, como la líder alemana en robótica Kuka o la diseñadora de chips británica Imagination, como parte de su plan para convertirse en un país puntero en tecnología y hacer que este sector sea una de las principales fuentes de su PIB. De hecho ya es un referente en Inteligencia Artificial.
Para ser un líder mundial no solo se necesita lograr serlo, sino también defender esa posición y para ello China ha invertido 150.000 millones de dólares en poderío militar, incluso ya cuenta con una base militar en el exterior y planea construir una segunda.
Muchos países están preocupados de este avance de China, les da cierta desconfianza, porque además, China cuenta con la simpatía de muchos países en este momento.
Según Eurasia Group, la influencia de China en medio de un vacío de liderazgo global es un riesgo geopolítico y la consultora agrega, “Está fijando estándares internacionales con la menor resistencia jamás vista”.“
Y además, “El único valor político que China exporta es el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países. Es atractivo para los Gobiernos, acostumbrados a las exigencias occidentales de reformas políticas y económicas a cambio de ayuda financiera”.
Algunos países han dado la voz de alarma, como Australia, Estados Unidos y países del este de Europa. Seguramente son muchos más, pero aún están en silencio.
Así como surgen las alarmas de algunos países, también están surgiendo propuestas incipientes para contrarrestar este avance de China, o al menos, los aspectos menos positivos de ella.
Francia ha llamado a los países de la Unión Europea a la unidad, para no perder terreno frente a China. Estados Unidos ya hace un tiempo que impuso aranceles a algunos productos para frenar lo que considera competencia desleal de parte de China.
Y Japón, India, Australia y EE.UU.se planteaban presentar un plan internacional alternativo al de la Ruta de la Seda. Eso pensaban hace unos años, pero todo ha cambiado desde el inicio del brote de la pandemia por Covid-19, por lo tanto, veremos que pasará al respecto más adelante, ya que en estos momentos de crisis lo más importante es el repunte económico.
Si bien es cierto que el más beneficiado en cuánto a los Tratados es China, no es menor el beneficio para los demás países firmantes, ya que todos han apostado por un entorno de inversiones y comercio “abierto, inclusivo y regulado”.
No nos queda más que hacernos la siguiente pregunta:
¿Dominará el mundo China?
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://elpais.com/internacional/2018/03/02/actualidad/1519993755_786257.html
https://alianza24.info/los-intereses-geopoliticos-y-geoestrategicos-de-la-china-comunista-en-africa/
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