Hemos visto cómo el sector de la seguridad ha crecido enormemente durante el año 2016, y se estima que su crecimiento crecerá aún más para este 2017.
La nueva Ley de Seguridad Privada, que rige desde hace unos años, ha demostrado un triunfo por su capacidad de adecuación a la realidad que vive España después de una larga crisis.
Desde un inicio se pensó que esta nueva ley favorecería a las empresas de seguridad privada con nuevos servicios e inversión, pero se ha demostrado que, y de acuerdo a opiniones de muchos especialistas, que el aumento de esta área viene más de la mano por la realidad y sobre todo las necesidades del mercado actual y cuya tendencia va en crecimiento hacia el futuro.
Un ejemplo de ello es que el Ministerio del Interior, bajo el artículo 41.2 y 41.3 de la ley citada, autorizó que la vigilancia perimetral de centros penitenciarios pase a manos del área de Seguridad Privada, lo que aumenta en 900 nuevos puestos de trabajo para esa área.
Además de centros penitenciarios, esta ley y bajo los mismos artículos, considera autorización previa de acuerdo a instrucciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la vigilancia perimetral de centros de internamiento de extranjeros, otros edificios o instalaciones de organismos públicos, y la participación en la prestación de servicios encomendados a la seguridad pública, complementando la acción policial.
Vigilancia en las Prisiones Españolas
La presencia de seguridad privada en las cárceles es un nuevo servicio decidido por la Administración Pública, que a través del Ministerio del Interior se llamó a concurso para la adjudicación de dichos servicios. Los vigilantes se dedicarán al control del perímetro de las instalaciones penitenciarias y de los accesos, además de la observación de los circuitos cerrados a través de cámaras de seguridad.
Con esta nueva apertura de servicios, muchos se preguntaron qué pasaría con la Guardia Civil, si iba a desaparecer en este tipo de servicios o no, pero ha quedado muy claro que este Cuerpo de Seguridad Pública es responsable y seguirá siendo en el futuro del mando interno de este tipo de servicios.
Hay que destacar que el Gobierno español gastó 58 millones de euros más para vigilantes privados en los controles de cárceles, lo que se traduce en lo importante que es esta área para la seguridad nacional, y lo relevante de sus acontecimientos con esta nueva autorización, la participación complementaria entre el sector público y el privado.
Esta tendencia no se está dando solo en España, es una realidad que se está viendo en muchos países y que seguramente en el futuro, la mayoría adoptará esta forma de trabajar, mejorando así las condiciones de trabajo, salario y expectativas laborales para todos los trabajadores del área en general.
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