Otra lectura sugiere que la preocupación auténtica y profunda de EEUU, es el hecho de que la ocupación sobre Crimea da señales de una Rusia agresiva y desafiante; que no duda en desestabilizar el orden global en el que el país norteamericano tiene hegemonía. Aunque cabe la pregunta, ¿realmente la tiene?.
Federación Rusa y Estados Unidos
Tratar acerca de las relaciones entre EEUU y la Federación Rusa es un ejercicio que tenderá a suscitar imágenes de tensión permanente en la diplomacia de ambas potencias. Esto ocurre porque en nuestro imaginario colectivo aún persiste el esquema bipolar de la Guerra Fría, donde los imperios soviético y americano competían intensamente por la hegemonía política global.
Pero el mundo ha cambiado mucho desde ese entonces. Un dato evidente: ya no hay Unión Soviética. Y, por otro lado, Estados Unidos ha comenzado a perder terreno en su hegemonía global al punto que sería difícil afirmar que es la misma potencia del siglo XX.
Para comenzar esta historia, retrocedamos a un proceso clave. Esta se inicia con un hito simbólico: la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989. Acto seguido, el 3 de diciembre del mismo año, en la Cumbre de Malta, el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov y George H. W. Bush, presidente de los Estados Unidos, dan por finalizada, de forma oficial, la Guerra Fría.
Posteriormente, entre marzo de 1990 y diciembre de 1991, comienza la progresiva desintegración de la Unión Soviética como unidad político-administrativa y territorial, por medio de la independencia de las repúblicas satélites de Rusia; proceso que culmina con la firma del Tratado de Belavezha que, con sus acuerdos, marca la disolución absoluta del Tratado de Creación de la URSS que se traduce en el derrumbe total del denominado “campo socialista”. Es el Fin de la Historia preconizado por Francis Fukuyama.
De las cenizas de este dramático tránsito desde un sistema social, político y económico de corte socialista a un nuevo tipo de sistema en tiempo récord, surgiría un renovado Estado denominado Federación Rusa. A la cabeza de este Estado quedaría el presidente Boris Yeltsin, que lideraría la administración desde 1991 hasta 1999.
La relación entre la Federación Rusa de Yeltsin y los Estados Unidos se puede describir como positiva; situación que ya era observable, como es fácil imaginar, desde la Perestroika en el periodo Gorbachov. La nueva Rusia, de la mano de su Ministro de Relaciones Exteriores Andrei Kozyrev, adoptó una diplomacia que asumía la incipiente globalización mirando con buenos ojos al liderazgo internacional de Estados Unidos. Así mismo, encontraba inspiración en Occidente como modelo de desarrollo y establecía vínculos con él en calidad de aliado político e incluso financiero.
Sin embargo, dentro de Rusia ocurre un giro interesante. Las críticas de parte de los nacionalistas rusos hacia el estilo diplomático de Kozyrev, conseguirían que el presidente Yeltsin lo removiera de su cargo en Exteriores. Lo supliría Yevgeny Primakov. Primakov, un hombre duro, ex KGB y nostálgico de la URSS.
El Ministro de Exteriores Primakov sería artífice de lo que hoy conocemos como Doctrina Primakov. ¿En qué consiste dicha doctrina? Pues básicamente en una estrategia geopolítica integral que busca lograr reposicionar a Rusia como potencia en el escenario global a nivel militar, económico y, sobre todo, en términos de influencia diplomática.
Deterioro de relaciones
Y esta doctrina se haría especialmente notoria luego de los ataques de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia en 1999. La región de los Balcanes, en el esquema geopolítico tradicional ruso, es área de su influencia. Por ello, estas acciones de Occidente sobre Yugoslavia se tradujeron en un serio retroceso en las -hasta ese momento- buenas relaciones entre el país norteamericano y el gigante euroasiático.
Ese año, además, finaliza con la asunción, por vez primera, de Vladimir Putin al cargo de presidente -en calidad de interino-, luego de la dimisión de Yeltsin. Unos meses más tarde, en marzo de 2000, Putin ganaría sus primeras elecciones para dicha magistratura, la que renovaría en 2004 manteniéndose en el cargo hasta el año 2008. Luego, entre 2008 y 2012, oficiaría como primer ministro, para volver a la presidencia por un tercer periodo entre 2012 y 2018.
Las referencias a Vladimir Putin y su larga continuidad no son casuales, ya que su figura, polémica en el ámbito político y mediático, ha traspasado fronteras siendo una fiel expresión de la Doctrina Primakov. Un ejemplo de ello es lo ocurrido el 2014, año en que las relaciones entre EEUU y Rusia sumaron desencuentros.
Ese año Ucrania atravesaba una profunda crisis social y política marcada por la división de su población entre sectores pro-rusos y sectores pro-occidentales. En ese escenario que adquiría ribetes de guerra civil, Rusia decide apoyar a los sectores pro-rusos y lo hace por medio de la facilitación de recursos a los separatistas y, finalmente, anexando territorios ucranianos con alta presencia pro-rusa como es el caso de la península de Crimea. EEUU, en presunta defensa del derecho internacional, tomó partido por Ucrania, y hasta el día de hoy considera que la acción de Rusia corresponde a una ocupación.
Pero otra lectura sugiere que la preocupación auténtica y profunda de EEUU, es el hecho de que la ocupación sobre Crimea da señales de una Rusia agresiva y desafiante; que no duda en desestabilizar el orden global en el que el país norteamericano tiene hegemonía. Aunque cabe la pregunta, ¿realmente la tiene?.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50214151
https://mundo.sputniknews.com/20161207/urss-cei-1065399144.html
https://www.elmundo.es/internacional/2021/06/16/60c9e68c21efa04b758b45d7.html
https://www.dw.com/es/rusia-quiere-relaciones-con-ee-uu-por-el-bien-del-mundo/a-56927583
https://es.wikipedia.org/wiki/Relaciones_Estados_Unidos-Rusia
Acerca del Autor
ANDRÉS FONSECA LÓPEZ
Licenciado en Filosofía, Máster en Psicología, Posgrado en Trabajo Social, Diplomado en Políticas Sociales, Pobreza y Territorio, Diplomado en Derechos Humanos de los Grupos en Situación de Vulnerabilidad.
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