Los incendios ocurridos en las cercanías de Chernóbil hace unos días, han liberado radiación que estaba a nivel de los suelos y en los árboles durante años. ¿Qué tan peligroso será que la radiación haya aumentado? En plena crisis del coronavirus, Ucrania debe enfrentar otra crisis, los incendios.
Breve historia de Chernóbil y el accidente nuclear
El 26 de este mes se cumple un nuevo año del accidente nuclear en Chernóbil y hace unos días se produjeron varios incendios en las zonas cercanas, liberando radiactividad que estaba por años en los suelos y árboles. ¿Afectará a las zonas cercanas y al medio ambiente el nivel elevado de radiación?
Una vez realizada la investigación del accidente en la planta nuclear de Chernóbil, en el año 1986, se pudo demostrar que la negligencia de los trabajadores fue la causa del desastre. Todos los implicados fueron a prisión.
Fue el accidente nuclear más grande en la historia de la humanidad y esta planta nuclear era una de las más grandes del mundo en ese momento. Fue dedicada al programa militar estratégico de la armada soviética.
Ocurrieron una serie de factores que gatillaron la explosión de uno de los reactores. El reactor no tenía actualizado el sistema de seguridad, tenía un bajo nivel de automatización y esa noche se estaba llevando a cabo un experimento que debía poner a prueba el rango inercial del turbogenerador.
Se produjeron varios imprevistos y finalmente todo llevó a un sobrecalentamiento del combustible y destrucción de la base del reactor.
Además, el equipo que realizó el experimento no era el mismo que había preparado todo el experimento los días previos, hubo cambio de planes a última hora. Todo llevó a una seguidilla de acontecimientos, hasta desencadenar el desastre.
Según las investigaciones, los sistemas de seguridad estaban apagados, algunos incluso fuera de servicio en el momento de la primera explosión.
Hubo varias explosiones y la primera según los investigadores fue química, la segunda en la que se quemaron los neutrones inmediatos, según investigaciones independientes, tenía características de una explosión nuclear con una potencia de 0,3 kilotoneladas (equivale aproximadamente a 300 toneladas de TNT).
Según testigos la primera explosión fue seguida de una llama roja y la segunda por una llama azul, al cabo de un rato apareció un hongo nuclear sobre el reactor.
Después de este accidente, las autoridades ucranianas determinaron el cierre del lugar al público de las áreas más contaminadas, cercanas a la central.
Después de más de 30 años, la denominada zona de exclusión es una reserva natural, con más de 2.500 kilómetros cuadrados. Continúa deshabitada, pero se permite la visita de turistas mayores de edad.
Todavía existen puntos donde la contaminación es más alta que la radiación de fondo, presente de manera natural en el medioambiente. Los niveles de radiactividad del territorio más alejado no suelen exceder los 0,3 Sv/hora.
La cantidad de radiactividad no es constante, ya que varía e acuerdo a la meteorología y a la época del año. Suele ser menor en invierno y más alta en verano.
En los últimos días ha aumentado debido a la presencia de incendios.
Incendios en la zona de exclusión en Chernóbil
Hace unos días se inició un incendio en la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil, el cuál aún no ha sido apagado. Están investigando a un joven de 27 años como el posible causante del incendio, otros dicen que fue un hombre que estaba quemando rastrojos sin ninguna precaución.
El fuego ya ha quemado 3.000 hectáreas dentro del perímetro de la central nuclear. Los servicios de emergencia trabajan arduamente para que el fuego no llegue al sector vallado.
En la zona aún se detectaban índices de radiactividad altos, aunque menores que tras el accidente nuclear, debido a que los años han pasado.
Ahora esos índices han aumentado debido al humo, según han indicado las autoridades después de las correspondientes mediciones. Ha aumentado hasta 16 veces las medidas, según ha explicado Egor Firsov, alto cargo de Medioambiente.
Agrega, que los incendios han provocado un significativo aumento de la radiación en la zona, a él se suman varios expertos medioambientales, que temen que las llamas remuevan las cenizas radiactivas que se encuentran en el suelo, en una zona que por sus condiciones es apta para los incendios.
El cambio del viento puede provocar nuevos focos de incendios y acercarse aún más a la central nuclear, la cual ha estado clausurada hace años.
La preocupación de los expertos, durante años, es saber si el humo de los incendios, que no son pocos en esa zona, puede propagar las partículas radiactivas, cuando la vegetación que ha absorbido esa radiación arde.
Las autoridades aseguran que el humo que llegará en estos días a Kiev no tendrá niveles en absoluto inseguros de radiactividad, según las proyecciones del Centro Estatal Científico y Técnico para la Seguridad Nuclear y Radiológica.
Según el Servicio Estatal de Emergencias, en la zona trabajan más de 400 bomberos, cien vehículos, varios helicópteros e hidroaviones. Están tratando de detener el incendio en la zona de exclusión, haciendo cortafuegos.
En el año 2016, la central nuclear fue nuevamente sellada en su totalidad con un enorme caparazón de acero nuevo, para evitar fugas de radiación durante el próximo siglo.
Hace tiempo que los expertos están advirtiendo, sobre los problemas que pueden ocasionar los incendios en esa zona y piden que se restrinja el acceso y se endurezcan las multas a pagar, por incumplimiento de las normas.
El aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático, es otro factor que puede aumentar el riesgo de incendios, ya que el calor y la falta de precipitaciones hacen que la vegetación se seque.
La flora y la fauna también se han visto afectadas por la radiación a lo largo de los años.
Turismo en la zona de exclusión
Desde hace tiempo que la zona de exclusión es lugar de visitas turísticas, muy controladas. Desde el año pasado, partes de las dependencias de la central también comenzaron a recibir visitas supervisadas.
Existe un Tour por Chernóbil que dura dos días y es posible visitar a los habitantes y conversar con ellos, para saber por qué volvieron al lugar.
Hoy está prohibido entrar en la zona. Los únicos que pueden entrar son los viejos residentes, que visitan los cementerios y aquellos que tienen permiso de entrada, empleados y turistas.
Alrededor de 150 personas siguen viviendo en la zona de exclusión, sobretodo los jubilados, bajo su propia responsabilidad.
Además, hay 3.000 trabajadores que cuidan de la zona de Chernóbil, sometidos a un régimen especial. Y otros 2.500 que trabajan en la planta nuclear, a pesar de haber sido cerrada en el año 2.000.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://www.lainformacion.com/mundo/incendios-chernobil-ucrania/6558613/
https://www.chernobylwel.com/es/la-historia-de-chernobil
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