Madrid, 11 jul (EFE)
Los filicidios, muertes de menores a manos de sus padres, son casos excepcionales detrás de los que se esconde un historial de trastornos mentales o la lucha por la custodia de los hijos. En lo que llevamos de año, se han producido en España dos asesinatos de este tipo.
Esta misma semana en un hostal en el corazón de Madrid, a escasos metros de la Puerta del Sol, una madre, de 35 años, asesinó a su hijo, de 5, administrándole sedantes, y posteriormente se quitó la vida.
La mujer, que padecía trastornos mentales, dejó una carta de despedida en la que explicó que el detonante de su crimen era la pérdida de la custodia del menor, ya que dos semanas atrás la Comunidad de Madrid le había quitado la tutela.
No es el único crimen ocurrido en España este año con similares características. A principios de año, el 27 de enero, en un hotel en Logroño otra madre, también de 35 años, acabó con la vida de su hija, también de 5 años, y posteriormente fue arrestada sentada en el alféizar con varios cortes y “actitud suicida”.
Se había separado recientemente y era el padre quien tenía la custodia de la niña, que pasaba el fin de semana junto a la madre y la abuela. Esta última fue hallada muerta un día después en la ribera del río Ebro.
Dos casos con muchas similitudes y que se suman a los crímenes de filicidio que el año pasado se cobraron la vida de al menos 12 menores.
EL 70 % DE LOS FILICIDIOS LOS COMETEN LAS MUJERES
Según un informe del Ministerio del Interior correspondiente a 2018, siete de cada diez filicidios son cometidos por las madres.
La abogada penalista y vicedecana del Colegio de Criminología, Beatriz de Vicente, añade que un 40 por ciento de las homicidas, con una media de edad de 30 años, sufrían trastornos mentales cuando cometieron el crimen.
Y rara vez, añade la criminóloga, las madres utilizan armas blancas. Optan por sedantes y medicamentos para que los niños sufran lo menos posible.
De todos modos, el filicidio es la “más incomprensible” de las conductas criminales, ya que va en contra de la “perpetuación de la especie” y la “protección” de los hijos, subraya De Vicente a Efe.
Una protección en la que, a veces, llega tarde la administración, que no es consciente de los riesgos y los peligros que viven los menores. “Hay que actuar con inmediatez”, señala a Efe Javier Urra, psicólogo y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.
Urra hace referencia así al caso de la madre de Madrid, que perdió la custodia en favor de la administración autonómica, pero esta dejó un tiempo al niño con la madre para que la separación fuera menos traumática.
En su opinión, darle “un tiempo” a este tipo de personas puede poner en riesgo a los menores. “Tenemos que aprender de este caso”, cree Urra.
Para este experto, la nueva Ley de la Protección de la Infancia es una “oportunidad” para incorporar mecanismos que puedan evitar estas muertes.
LA LABOR POLICIAL
A la Unidad Central de Atención Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional llegan casos de este tipo. Integrada por una veintena de agentes, esta unidad coordina las 173 plantillas de policías en todo el territorio nacional que centran sus esfuerzos en la investigación de la violencia doméstica y de la desaparición de menores.
Investigar el entorno familiar en el caso de la desaparición o la muerte de un menor es fundamental, explica a Efe el inspector de policía José Manuel Caro Maldonado, con dos años de experiencia en esta unidad.
La violencia contra los menores tiene su origen en las adicciones, en los trastornos mentales y en el maltrato que el agresor ha sufrido de niños. “Porque lo han visto como algo normal desde la infancia”, subraya Caro.
Aunque en general la violencia doméstica mantiene una tendencia constante año a año, los casos de filicidios son “muy poco probables”, resalta el inspector.
En el caso de Madrid, la UFAM cuenta con el apoyo de la Unidad de Apoyo y Protección Mujer, Menor y Mayor de la Policía Municipal, que complementa su labor con el asesoramiento a las víctimas.
María Jesús Mora forma parte de esta unidad desde hace ocho años y ha observado un “ligero incremento” de las actuaciones relacionadas con el maltrato a menores.
En muchas ocasiones son los pediatras los que dan la voz de alarma tras asistir a los niños y otras veces los colegios, cuyos profesores advierten cambios de actitud en los menores. “A veces son simplemente accidentes, pero hay que tirar del hilo”, dice Mora a Efe.
Cuando creen que la vida del menor corre peligro, los agentes aceleran los trámites y en 24 o 48 horas la Comunidad de Madrid puede llegar a retirar la tutela a los padres, por “muy doloroso que sea”, continua Mora.
Este año la Policía Municipal de Madrid ha gestionado 637 expedientes de protección a menores vulnerables, que incluyen tanto violencia doméstica como escolar.
Afortunadamente, los filicidios son casos “excepcionales”. EFE
Autor: Borja Méndez
¿Qué es filicidio?
“Es un delito que consiste en atentar contra la vida y que es cometido por uno de los padres hacia un hijo propio. El término deriva del latín “filius” que significa hijo”. (Wikipedia)
En los últimos 10 años, han sido asesinados 108 niños menores de diez años, en España, según los registros del INE. Por lo que se deduce de las estadísticas que no son delitos muy comunes.
El año pasado, hubo 12 asesinatos de niños en donde la acusada ha sido la madre. Este año ya se cuentan tres casos de asesinatos de menores.
Según los expertos, una de las razones por las cuales se cometen estos delitos, son trastornos mentales en el caso de las madres y los padres por venganza y violencia machista.
Pueden ser brotes psicóticos o depresiones severas. Temen que su hijo pueda ser dañado, envenenado o que morirá y creen que la solución pasa por ella misma. Lo que quieren es sacarlos de un sistema que consideran nocivo.
A nivel mundial, el filicidio ronda el 70% de mujeres autoras y en el neonaticidio puede llegar al 95%, en líneas generales.
Entre 2013 y 2017 fueron asesinados en España 102 menores en el ámbito familiar, según el INE. Los asesinatos son por venganza, altruistas (ideas delirantes para salvarlos), negligentes, funcionales, por honor o vergüenza, en pareja e incluso en grupo. También se ha podido comprobar que una razón para asesinar a un hijo, es la lucha por la custodia de parte de la madre.
Un factor común en este tipo de asesinatos es el trastorno mental, y se ha podido comprobar que el 40% de las homicidas, con una media de edad de 30 años, sufrían trastornos mentales cuando cometieron el crimen.
Las madres utilizan sedantes o medicamentos para que los niños sufran lo menos posible, generalmente.
El filicidio es la más incomprensible de las conductas criminales, ya que va en contra de la perpetuación de la especie y la protección de los hijos.
Los expertos señalan que debe existir mayor protección y seguimiento a estos casos, cuando son detectados a tiempo. Investigar el entorno familiar en el caso de la desaparición o muerte de un menor.
La violencia contra los menores tiene su origen en las adicciones, en los trastornos mentales y en el maltrato que el agresor ha sufrido de niño.
Gracias a Dios los casos de filicidios son casos esporádicos.
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