DESTACADO. Hablar de turismo en un país como España es hacerlo de la primera industria del país.
En España el sector turístico representa el 15,7 % del P.I.B. (más de 50.000 millones de €) y el 15,8 % de la fuerza laboral; podría decirse que el turismo es el petróleo de España, hasta el punto de que hay quién se plantea que ciertos monumentos deberían ser considerados infraestructuras críticas (en el Libro Blanco de la Cultura Europea sí se les considera como tal).
De acuerdo a los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al segundo trimestre del año 2016, ya hay más de 2,86 millones de personas que trabajan en actividades turísticas, un 4,8% más que en el mismo período de 2015. El trabajo en este sector ya supone el 13,6% del empleo total de la economía española.
Así pues, si miramos el turismo como el principal activo que tenemos debemos darle la adecuada protección, en todo su conjunto: instalaciones hoteleras, museos y monumentos, transportes, los propios turistas, nacionales o extranjeros, y en sí mismo la propia actividad, que se pueda llevar a cabo plenamente.
Pensemos que en los últimos dos años España se ha visto favorecida a la hora de ser lugar de destino de turistas extranjeros porque otros destinos como Túnez, Egipto o Turquía se han visto golpeados por atentados terroristas.
Pensemos en la persona que se aloja en un hotel. Ningún elogio puede resultar más favorable para una empresa hotelera que el recibir de sus clientes un comentario del tipo “me he sentido como en mi propia casa”; para una persona su casa es su refugio último, por eso cuando hay un simple robo se siente golpeado en algo que no se recupera fácilmente: su tranquilidad, su seguridad. La seguridad es, ante todo, una sensación, y si una persona que busca tranquilidad en un hotel o en sus vacaciones no se siente cómodo y seguro es muy difícil que disfrute, y se le quedará grabada la experiencia de forma negativa.
Por eso la gestión de la seguridad en ciertas instalaciones debe ser un elemento más del negocio y fundamental para él. Dotarse de un Departamento de Seguridad que identifique y evalúe los riesgos que pueden afectar a los pilares fundamentales de la actividad para hacerles frente con los medios técnicos, humanos y organizativos adecuados es clave en la industria del turismo.
Actualmente no existe además un modelo claro y competente que especialice a los directores de seguridad, como responsables últimos de los departamentos, en áreas concretas de actividad. Por ello en Aucal queremos cubrir esa laguna ofertando una serie de cursos de nivel que puedan aportar a los responsables de gestionar las infraestructuras en éste ámbito concreto una especialización que genere valor diferencial a sus corporaciones. Estos cursos pueden realizarse de forma individualizada, pero en su conjunto conforman un “Máster en Seguridad turística y de los medios de transporte”, que viene a cubrir esa laguna formativa existente.
Por: Jose Ignacio Olmos
Yo creo que el turismo esta a salvo… aunque nunca se `puede decir que al 100%. Ya sabemos las amenazas que tenemos en Europa y los atentados que en alguna ocasión hemos sufrido, pero creo que no hay muy problema de seguridad. Cada día mejor este tema.