Los analistas que han estudiado a los últimos detenidos concluyen que se trata de individuos con un cuadro de demencia y especialmente sensibles al lavado de cerebro.
Los informes psicológicos que disponen los cuerpos policiales dedicados a la lucha antiterrorista son contundentes: los yihadistas de ‘nuevo cuño’ son individuos con graves problemas de salud mental. Describen personas afectadas de sentimientos de frustración, ataques de ira e incluso tendencias suicidas, que los convierten en objetivo de las redes de captación.
“En caso de no ser terroristas, serían maltratadores, agresores o cualquier otra cosa relacionada con la violencia. Tienen un claro cuadro de demencia”. Así lo explica un veterano psicólogo que trabaja para las fuerzas de seguridad españolas.
En los últimos meses se han detenido en España a 30 presuntos integrantes de grupos terroristas yihadistas. El perfil medio es el de un hombre joven, que apenas pasa de la treintena, con escasos estudios en la mayoría de casos y en situación de exclusión social o situación familiar extrema.
Durante su paso por prisión, los yihadistas son analizados por psicólogos para tratar de conocer mejor el fenómeno terrorista y cuáles son los factores que les empujan a unirse a estas redes.
Policías españoles durante una operación en Melilla el 16 de diciembre de 2014 (Reuters)
En la mayoría de casos, explican las fuentes consultadas, se trata de individuos con personalidades marcadas por la inmadurez, inestables e intolerantes ante la frustración. Además suelen mostrar perfiles narcisistas.
Muchos de ellos tienen antecedentes psiquiátricos anteriores a su detención. Muestran, por lo general, una atracción hacia la violencia, e incluso en dan signos de tendencias suicidas severas.
Las redes de captación, explican, conocen bien cómo detectar este tipo de personalidades, que suelen aceptar rápidamente los argumentos que llevan a su captación: los informes que se han realizado de estos nuevos yihadistas apuntan a personas especialmente sensibles a lo que en psicología se denomina persuasión coercitiva, comúnmente llamado ‘lavado de cerebro’.
Fuente: ECD