El Ciberterrorismo afecta a todas las personas que navegan por la red, nadie está exento, aunque no todos somos un blanco apetecible. Las grandes infraestructuras críticas son las más vulnerables y las que están por lo mismo, más expuestas a ciberataques.
El Ciberterrorismo al ataque
Primero describiremos que es el ciberterrorismo, así entenderemos su magnitud. Es el uso de recursos informáticos para intimidar o coaccionar a otros, como por ejemplo, la intrusión en un sistema informático de un hospital, para dañar su infraestructura crítica y con ello afectar a los pacientes. El daño es a gran escala.
Si comprendemos el peligro del ciberterrorismo, podremos protegernos de los ciberataques, protegiendo nuestros sistemas informáticos para que no sean tan vulnerables. La brecha de seguridad siempre existirá, pero no hay que facilitarle el trabajo a los ciberdelincuentes.
Una de las formas de proteger nuestros equipos es actualizándolos constantemente, estar conscientes que en cualquier momento puede ocurrir un ataque.
Hace un par de años que los especialistas vaticinaron que el año 2020 iba a ser blanco de varios ciberataques, independiente de que siempre hay ataques cibernéticos, pero, qué este año sería especialmente afectado porque hace falta que los Estados recuperen la iniciativa en la batalla contra el ciberterrorismo, pasando de estrategias defensivas a otras de carácter más ofensivo.
Consecuencias de un ataque ciberterrorista
Un informe realizado en el año 2018 por ISF llamado “Threat Horizon 2020”, postulaba que “grupos terroristas, criminales organizados, hacktivistas y hackers trabajan en diversas colaboraciones y configuraciones para acaparar cada vez más el dominio cibernético, lanzando ataques contra infraestructuras críticas nacionales, lo que podría causar destrucción generalizada y caos. Además, sus actividades no tendrán en cuenta las barreras terrestres o la legislación” (portal ituser.es).
Si atacan las infraestructuras críticas, energía, comunicaciones y logística, significaría que los sistemas estarían caídos, las organizaciones perderían los elementos básicos necesarios para hacer negocios, y ya no se daría por seguro la calefacción, aire acondicionado, iluminación, transporte, información, comunicación y un entorno de trabajo seguro.
El Director General de ISF (Information Security Forum)decía hace dos años, “En los próximos dos años, los líderes empresariales se enfrentarán a decisiones regulares y complejas sobre la protección de su información y sistemas críticos. Las soluciones existentes que se han utilizado durante años serán expuestas como inadecuadas”. Además agregó, “Solo las organizaciones que entienden este entorno complejo y en rápida evolución se mantendrán firmes e inquebrantables. Aquellos que no están preparados y son incapaces de responder rápidamente se desmoronarán mientras se defienden de una avalancha de ataques cibernéticos poderosos día a día”.
Estas predicciones tecnológicas, del año 2018, no están tan alejadas de la realidad en este momento, sobretodo con la llegada del Coronavirus, donde se ha requerido utilizar toda la tecnología de vanguardia y a la vez, proteger los sistemas informáticos de las infraestructuras críticas, lo que ha sido un esfuerzo enorme, ya que todo y todos están enfocados en el virus.
Es en este momento que los ciberterroristas se aprovechan de las circunstancias para cometer sus ataques, cuándo más vulnerables están las personas, como ocurrió en un hospital con un ataque a su sistema informático, el cuál fue detectado a tiempo.
Como la tecnología avanza tan rápido, más de lo que quisiéramos, las capacidades de hace unos años ya están más que superadas al día de hoy. La tecnología inteligente se ha desarrollado extremadamente rápido, lo que significa un peligro para la seguridad informática, ya que crean a la vez, oportunidades para los atacantes y adversarios que están al acecho.
La información previamente protegida se volverá vulnerable, lo que es una oportunidad para los ciberdelincuentes. Aún los establecimientos más fuertes serán amenazados por atacantes innovadores y decididos.
El ciberterrorismo es un problema que crece día a día, por lo tanto, hay que estar consciente del peligro que conlleva. Muchos países han modernizado sus plataformas de detección de ciberseguridad, ante este factor de inseguridad.
El tema central en todo esto es, proteger internet y los sistemas informáticos de los servicios esenciales de un país. La pregunta es:
¿Cómo y quién puede llevar a cabo un atentado a través del ciberespacio?
La amenaza siempre está ahí, latente, se siente en el aire, en el cuarto espacio, internet, pero no se ve y al no verse confiamos que nada pasará. Pero puede suceder.
En España existe una oficina encargada de vigilar el ciberterrorismo, se llama CNPIC ( Centro Nacional para la Protección de Infraestructuras Críticas).
La tecnología es el mejor aliado en la lucha contra el ciberterrorismo. Lo que antes se creía ciencia ficción ahora es una realidad.
Los ciberdelincuentes son los nuevos mercenarios de la red. Estamos expuestos a sus amenazas y ataques. Y quienes están atrás de estos ataques son personas preparadas para hacer el mal y dispuestas a todo sin importarles nada, ellos infectan los sistemas informáticos sin preocuparse del daño ni a quién se lo harán.
Los ciberdelincuentes se esconden en el mundo oscuro de la red, donde es más difícil atraparlos y son expertos en tecnología, por lo tanto, están a la par con las policías que los rastrean. Se podría decir que se pisan los talones, ya que ambos hacen uso de la misma tecnología, pero con intenciones muy diferentes.
Tanto los buenos como los malos están preparados para un posible ciberataque terrorista a gran escala, quién gane la batalla se verá en el campo de juego.
Fuentes utilizadas en este artículo:
https://www.rtve.es/noticias/20100611/ciberterrorismo-lado-oscuro-red/335212.shtml
https://www.telcel.com/empresas/tendencias/notas/que-es-ciberterrorismo
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